miércoles, 19 de marzo de 2014

El Vino


El Vino

 

     ¡Si señor!... si señor!

     El vino puede sacar cosas que el hombre se calla,

que deberían salir cuando el hombre bebe agua.

Va buscando pecho adentro por los senderos del alma

y les va poniendo voces y las va haciendo palabras.

     Aceces saca una pena que por ser pena es amarga,

Sobre su palco de fuego la pena a bailar descalza.

Baila y bailando se crece, hasta que el vino se acaba…

y entonces vuelve la pena a ser silencio del alma.

     ¡Si señor!... ¡ Sí señor!

     El vino puede sacar cosas que el hombre se calla,

Cosas que queman por dentro, cosas que pudren el alma

de los que bajan los ojos… ¡de los que esconden la cara!

El vino entonces libera la valentía encerrada,

y los disfraza de machos como por arte de magia…

y entonces son brabucones hasta que el vino se acaba,

pues del valiente al cobarde… solo madia la resaca.

     ¡Si señor!... ¡Sí señor!

     El vino puede sacar cosa que el hombre se calla.

Cambia el prisma de las cosas, cuando más les hace falta

a los que lleva sus culpas como una cruz en la espalda.

La impura se piensa pura como cuando era muchacha

y el astado regatea la medida de su drama y todos tienen

colores de castidad simulada… pues siempre acaba  el vino…

los dos en la misma cama.

     ¡Si señor!... ¡Sí señor!

     El vino puede sacar cosas que el hombre se calla,

pero que lindo es el vino… el que se bebe en la casa

del que está limpio por dentro y tiene… y tiene brillando el alma;

que nunca le tiembla el pulso cuando pulsa una guitarra;

que no le falta un amigo, ni noches para gastarlas;

que cuando tiene un pecado siempre se nota en su cara;

¡que bebe el vino por vino… que bebe el agua por agua!

 Alberto Cortez



 

 

 

                                   

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