Concepto confederal del
Comunismo Libertario
1910 2010 cien años de lucha |
E
|
Ahora bien: si en esta doble movilidad de energías confederales no
mediara el afán de hegemonía, no habría problema. Pero esta aspiración
espiritual, tenaz y constante, habrá de manifestarse con forma nueva en el
plano interno de nuestros cuadros abriendo, con el litigio, peligros serios a
la unidad que acabamos de concertar en esta Ponencia, con la serenidad y
conciencia necesarias para aquilatar y asumir la responsabilidad histórica y
trascendental de esta hora, ha debido
buscar la fórmula que recoja el espíritu y pensamiento de las dos
corrientes, articulando en el los
cimientos de la vida nueva
Así pues declaramos:
Ø Primero. Que al
poner la piedra angular de la arquitectura del dictamen hemos procurado
construir con austero sentido de armonía sobre estos pilares: individuo y
sindicato, dando margen al desenvolvimiento paralelo a las dos corrientes y
concepciones.
Ø Segundo.
Consignamos como referendo a la expresa garantía de la armonía, el reconocimiento
implícito de la soberanía individual. Con la potestad, que vindica la libertad
por encima de todas las disciplinas atentatorias, habremos de articular las
distintas instituciones que en la vida han de determinar la necesidad, poniendo
cauces a la relación.
Una organización para la sociedad. |
Y es así como, socializado el cúmulo de
toda la riqueza social y garantizada la posesión, en uso, de los instrumentos
de trabajo, haciendo igual para toda la facultad de producir, facultad
convertida en deber, para tener opción al derecho de consumir, que el instinto
por ley natural vindica en todos los imperativos de la conservación de la vida,
surge el principio anárquico del libre acuerdo del libre acuerdo, para
concertar entre todos los hombres el alcance transacción y duración del pacto. Es así como el
individuo, cedula con personalidad jurídica, y entidad angular de las
articulaciones sucesivas, que la libertad y la potestad de la Federación habrán
de crear, ha de constituir el engarce y
la nomenclatura de la nueva sociedad por venir.
Hemos de pensar todos que estructurar con
precisión matemática la sociedad del porvenir sería absurdo, ya que muchas
veces entre la teoría y la practica existe un verdadero abismo. Por ello no
caeremos en el error de los Políticos que presentan soluciones definitivas para
todos los problemas, soluciones que en la practica fallan ruidosamente. Y es
porque pretenden imponer un método para todos los tiempos sin tener en cuenta
la propia evolución de la vida humana.
No haremos esto nosotros que tenemos una
visión más elevada de los problemas sociales. Al esbozar las normas del
Comunismo Libertario, no lo presentamos como un programa único, que no permita
trasformaciones. Estas vendrán, lógicamente, y serán las propias necesidades y
experiencias quienes las indiquen.
Aunque tal vez parezca que se encuentre un
poco fuera del mandato que nos ha sido encomendado por el Congreso, creemos
posible puntualizar algún tanto nuestro concepto de la revolución y las
penurias más acusadas que a nuestro juicio pueden y deben presidirla.
Se ha tolerado demasiado el tópico según
el cual la revolución no es otra cosa que el episodio violento mediante el que
se da el traste con el régimen capitalista. Aquella en realidad, no es otra
cosa el fenómeno que da paso de hecho a un estado de cosas que desde mucho
antes ha tomado cuerpo en la conciencia colectiva.
Tiene la revolución, por lo tanto, su
iniciación en el momento mismo en que, comprobando la diferencia existente
entre el estado social y la conciencia individual, esta por instinto o por
análisis, se ve forzada a reaccionar contra aquel.
Los Sindicato con los acuerdos de su asamblea |
Ø Primero. Como
fenómeno psicológico de un estado de cosas que pugna con las aspiraciones y
necesidades individuales.
Ø Segundo. Como
manifestación social cuando, por tomar aquella reacción cuerpo en colectividad,
choca con los estamentos del régimen capitalista.
Ø Tercero. Como
organización, cuando sienta la necesidad de crear una fuerza capaz de imponer
la finalidad de su necesidad biológica.
En orden externo,
merecen destacarse estos factores:
Ø a) Hundimiento
de la ética que sirve de base al régimen capitalista.
Ø B) Bancarrota de
este en su aspecto económico.
Ø C) Fracaso de su
expresión política, tanto en orden al
régimen democrático, como a la ultima expresión, el capitalismo de Estado, que
no es otra cosa que el comunismo.
El conjunto de esos factores, convergentes
en un punto y momento dado, es el llamado a determinar la aparición del hecho
violento que ha de dar paso al periodo verdaderamente evolutivo de la
revolución.
Considerando que vivimos el momento
preciso en que la convergencia de todos estos factores engendra esa posibilidad
prometedora, hemos creído necesaria la confección de un dictamen que, en sus
líneas generales, siente los primeros pilares del edificio social que habrá de
cobijarnos en el futuro.
Concepto constructivo de la revolución.
Entendemos que nuestra revolución debe organizarse sobre una base estrictamente
equitativa.
La revolución no puede cimentarse ni sobre
el apoyo mutuo, ni sobre la solidaridad, ni sobre el arcaico tópico de la
caridad. En todo caso estas tres fórmulas, que a través de los tiempos han
parecido querer llenar las deficiencias
de tipos de sociedad rudimentarios en los que el individuo aparece abandonado
frente a una concepción del derecho arbitrario e impuesto, deben refundirse y puntualizarse en nuevas
formas de convivencia social que encuentren su más clara interpretación en el
Comunismo Libertario: dar a cada ser humano lo que exijan sus necesidades, sin
que en la satisfacción de las mismas tenga otras limitaciones que las impuestas
por las necesidades de la nueva economía creada.
Si todos los caminos que se orientan hacia Roma conducen a la Ciudad Eterna, todas las formas de
trabajo y distribución que se dirijan hacia la concepción de una sociedad igualitaria
conducirán a la realización de la justicia y la armonía social.
En
consecuencia, creemos que la revolución debe cimentarse sobre los principios
morales y éticos del Comunismo Libertario. Que son:
Ø Primero. Dar a
cada ser humano lo que exijan sus necesidades, sin que en la satisfacción de
las mismas tenga otras limitaciones que las impuestas por las necesidades de la
economía.
Ø Segundo.
Solicitar de cada ser humano la aportación máxima de sus esfuerzos a tenor de
las necesidades de la sociedad, teniendo en cuenta las condiciones físicas y
morales de cada individuo.
acuden al Congreso |
Socializada la riqueza, las organizaciones
de los productores, ya libres, se encargarán de la administración directa de la
producción y del consumo.
Establecida en cada localidad la Comuna
Libertaria, pondremos en marcha el nuevo mecanismo social. Los productores de
cada ramo u oficio, reunidos en sus sindicatos y en los lugares de trabajo,
determinarán libremente la forma en que este deberá ser organizado.
La comuna libre se incautará de cuanto
antes detentaba la burguesía, tal como víveres, ropas, calzados y materias
primas, herramientas de trabajo, ect.
Estos utiles de trabajo y materias primas deberán pasar a manos de los
productores para que estos los administren directamente en beneficio de la
comunidad.
En primer término las Comunas cuidarán de
alojar con el máximo de comodidades a todos los habitantes de cada localidad,
asegurando asistencia a los enfermos y educación a los niños.
De acuerdo con el principio fundamental
del Comunismo Libertario, como hemos dicho antes, todos los hombres es
apostarán a cumplir en deber voluntario – que se convertirá en verdadero
derecho cuando el hombre trabaje libre- de prestar su concurso a la colectividad,
en relación con sus fuerzas y sus capacidades, y la comuna cumplirá la función
de cubrir sus necesidades.
Desde luego, es preciso crear ya, desde
ahora, la idea de que los primeros tiempos de la revolución no resultarán
fáciles y de que cada hombre aporte el máximo de su esfuerzo y que consuma
solamente lo que permitan las posibilidades de la producción. Todo periodo
constructivo exige sacrificio y aceptación individual y colectiva y a no crear
dificultades a la obra reconstructora de la sociedad que de común acuerdo todos
realizaremos.
Plan de organización de los
productores. El plan económico de organización, en cuantas manifestaciones
tenga la producción nacional. Se ajustará a los más estrictos principios de la
economía social, administrados directamente por los productores através de sus
diversos órganos de producción, designados por las asambleas generales de las
variadas organizaciones y por ellas controlados en todo momento.
Como base (en el lugar de trabajo, en el Sindicato, en la Comuna, en
todos los órganos reguladores de la nueva sociedad), el productor, el individuo
como célula, como piedra angular de todas las creaciones sociales, económicas y
morales.
Como órgano de relación dentro de la Comuna y en el lugar de trabajo, el
consejo de taller y de fábrica, pactando con los demás centros de trabajo.
Como órgano de relación de Sindicato a Sindicato (asociación de
productores), los consejos de Estadística y de Producción, que se seguirán
relacionando entre si hasta formar una red de relación constante y estrecha
entre todos los productores de la Confederación Ibérica.
En el campo: como base, el productor en la Comuna que usufructuaría todas
las riquezas naturales de una demarcación política y geográfica.
Como órgano de relación, el Consejo de Cultivo, del que formarán parte
elementos técnicos y trabajadores integrantes de las asociaciones de productos
agrícolas, encargados de intensificar la orientación de la producción,
señalando las tierras más apropiadas a la misma, según su composición química.
Estos consejos de cultivo establecerán la misma red de relaciones que los
Consejos de Taller , de Fábrica y de
Producción y Estadística, complementando la libre federación que representa la
Comuna como demarcación política y subdivisión geográfica.
Máximo Órgano decisión del Sindicato CNT |
Tanto las asociaciones de productores industriales como las asociaciones
de productores agrícolas se federarán nacionalmente –mientras sea únicamente
España la que haya realizado su trasformación social- si, llevados a esa misma
disyuntiva por ese mismo proceso del trabajo a que se eduquen, lo estiman
conveniente para el más fructífero desarrollo de la Economía; e idénticamente
se federará en el mismo sentido aquellos servicios cuya característica propenda
a ello por facilitar las relaciones lógicas y necesarias entre todas las Comunas
Libertarias de la península.
Estimamos que con el tiempo la nueva sociedad conseguirá dotar a cada
Comuna de todos los elementos agrícolas e industriales precisos a su autonomía,
de acuerdo con el principio biológico que afirma que es más libre el hombre –en
este caso la Comuna- que menos necesita de los demás.
Las Comunas Libertarias y su funcionamiento. La expresión política de nuestra
revolución hemos de asentarla sobre la trilogía: El individuo, la Comuna Y
la Federación.
Dentro de un plan de actividades estructurado en todos los órdenes desde
un punto de vista peninsular, la administración será de manera absoluta de
carácter comunal.
La base de esta administración será, por consiguiente, la Comuna. Estas Comunas
serán autónomas y estarán federadas regional y nacionalmente, para la
realización de los objetivos de carácter general. El derecho de autonomía no
excluirá el deber de cumplir los acuerdos de convivencia colectiva, no
compartidos por simples apreciaciones y que sean aceptados en el fondo. Así,
pues, una Comuna de consumidores sin limitación voluntaria, se comprometerá a
acatar aquellas normas de carácter general que después de libre discusión hayan
sido acordadas por la mayoría.
En cambio, aquellas Comunas que, refractarias a la industrialización,
acuerden otras clases de convivencia, como por ejemplo las naturistas y
desnudistas, tendrán derecho a una administración autónoma, desligada de los
compromisos generales. Como estas Comunas naturistas desnudistas, u otra
clase de Comunas, no podrán satisfacer
todas las necesidades, por limitadas que estas sean, sus delegados a los
congresos de la Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias podrán
concertar convenios económicos con las demás Comunas Agrícolas e Industriales.
En conclusión proponemos:
La creación de la Comuna como identidad política y administrativa.
La Comuna será autónoma y confederada al resto de las Comunas.
Vocero portavoz del Sindicato |
Para la función distributiva de la producción, y para que puedan nutrirse
mejor las Comunas, podrán crearse aquellos órganos suplementarios encaminados a
conseguirlo. Por ejemplo: un Consejo Confederal de Producción y Distribución,
con representaciones directas de Federaciones nacionales de Producción y
Distribución, con representaciones directas de las Federaciones nacionales de
Producción y del Congreso anual de Comunas.
Misión y funcionamiento interno de la Comuna. La Comuna deberá ocuparse de lo que
interesa al individuo.
Deberá cuidar de todos los trabajos de ordenación arreglo y
embellecimiento de la población.
Del alojamiento de sus habitantes; de los artículos y productos puestos a
su servicio por los Sindicatos y Asociaciones de productores.
Se ocupará, así mismo, de la
higiene, de la estadística comunal y de las necesidades colectivas. De la
enseñanza. De los establecimientos sanitarios y de la conservación y
perfeccionamiento de los medios locales de comunicación.
Organizará las relaciones con las demás Comunas, y cuidará de estimular
todas las actividades artísticas y culturales.
Para el buen cumplimiento de esta misión, se nombrará un Consejo Comunal,
al cual serán agregados representantes del Consejo de Cultivo, de Sanidad, de
Cultura, de Distribución y de Producción y Estadística.
Por el derecho a una vida digna |
Todos esos cargos no tendrán ningún carácter ejecutivo ni burocrático.
Aparte los que desempeñen funciones técnicas, o simplemente de estadística, los
demás cumplirán asimismo sus tereas de productores, reuniéndose en sesiones al
terminar las jornadas de trabajo para discutir las cuestiones de detalle que no
necesiten el referendo de la asambleas comunales.
Se celebrarán asambleas tantas veces como lo necesiten los intereses de
la Comuna, a petición de los miembros del Consejo Comunal, o por la voluntad de
los habitantes de cada una.
Relaciones e intercambio de productos. Como ya hemos dicho, nuestra organización es de tipo
federalista y asegura la libertad del individuo dentro de la agrupación y de la
Comuna, la de las Comunas dentro de las Federaciones, y la de estas en las
Confederaciones.
Vamos, pues, el individuo a la colectividad, asegurando sus derechos para conservar intangible el principio de
libertad.
Los habitantes de la Comuna discutirán entre sí sus problemas internos,
producción, consumo, instrucción, higiene y cuanto sea necesario para el
desenvolvimiento moral y económico de la misma. Cuando se trate de problemas
que afecten a una misma comarca o provincia, han de ser las Federaciones las
que deliberen, y en las asambleas y reuniones que estas celebren estarán
representadas todas las Comunas, cuyos delegados aportarán puntos de vista
previamente aprobados en ellas.
Por ejemplo, si han de construir carreteras, ligando entre si los pueblos
de una comarca o asuntos de transporte e intercambio de productos entre las
comarcas agrícolas e industriales, es natural que todas las Comunas expongan su
criterio, ya que también prestarán su concurso.
Medio millón de muertos y desaparecidos, por las represalias franquistas. |
En los asuntos de carácter regional, será la Federación regional quien ponga
en práctica los acuerdos, y estos representarán la voluntad soberana de todos
los habitantes de la región. Pues empezó en el individuo, pasó después a la
Comuna, de esta a la Federación y por último a la Confederación.
De igual forma llegaremos a la discusión de todos los problemas de tipo nacional,
ya que nuestros organismos se irán complementando entre sí. La organización
nacional regulará las relaciones de carácter internacional, estando en contacto
directo con los proletariados de los demás
países, por intermedio de sus respectivos organismos, ligados como el
nuestro a la Asociación Internacional de los Trabajadores.
Para el intercambio de productos de Comuna a Comuna, los consejos
comunales se pondrán en relación con las Federaciones Regionales de Comunas y
con el Consejo Confederal de producción y distribución, reclamando lo que les
haga falta y ofreciendo lo que les sobre.
Por medio de la red de relaciones establecidas entre las Comunas y los
Consejos de Producción y Estadística, constituidos por las Federaciones
Nacionales de productores, queda resuelto y simplificado ese problema.
En lo que se refiere al aspecto comunal del mismo, bastarán las cartas de
productor, extraídas por los Consejos de Taller y de Fábrica, dando derecho a
que aquellos puedan adquirir todo lo necesario para cubrir todas sus
necesidades. La carta de productor constituye el principio un signo de cambio,
el cual quedará junto a estos dos elementos reguladores: Primero, que sea
intransferible; segundo, que se adopte un procedimiento mediante el cual en la
carta se registre el valor del trabajo por unidades de jornada y ese valor
tenga el máximo de un año de validez para la adquisición de productos.
A los elementos de la población pasiva serán los Consejos Comunales los
que les facilitarán las cartas de consumo.
Desde luego, no podemos sentar una norma absoluta. Debe respetarse la
autonomía de las Comunas, las cuales, si lo creen conveniente, podrán
establecer otro sistema de intercambio interior, siempre que estos nuevos
sistemas no puedan lesionar, en ningún caso, los intereses de otras Comunas.
Deberes del individuo para con la colectividad y concepto de
la justicia distributiva. El Comunismo Libertario es incompatible con todo régimen de
corrección, hecho que implica la desaparición del actual sistema de justicia
correccional, y por lo tanto lo instrumentos de castigo (cárceles, presidios
etc.)
Conocer nuestra historia nos hará más fuertes. |
Así,
pues, consideramos:
Ø Primero. Que el hombre no es malo por
naturaleza, y que la delincuencia es el resultado lógico del estado de
injusticia social en que vivimos.
Ø Segundo. Que al cubrir sus necesidades,
dándole también margen a una educación racional y humana, aquellas causas
habrán de desaparecer.
Por ello, entendemos que cuando el
individuo falte al cumplimiento de sus deberes, tanta en el orden moral como en
el cumplimiento de sus deberes, serán las asambleas populares quienes, con un
sentido armónico, den solución justa al caso.
El Comunismo Libertario sentará, pues, su “acción
correccional” sobre la Medicina y la Pedagogía, únicos preventivos a los cuales la ciencia moderna reconoce tal
derecho. Cuando algún individuo, víctima de fenómenos patológicos, atente
contra la armonía que ha de regir entre los hombres, la terapéutica pedagógica
cuidará de curar su desequilibrio y estimular en el sentido ético de
responsabilidad que una herencia insana le negó naturalmente.
La familia y las relaciones sexuales.
Conviene no olvidar que la familia fue el primer núcleo civilizador de la
especie humana, que ha llenado funciones admirabilísimas de cultura moral y
solidaridad. Que ha sustituido dentro de la propia evolución de la familia con
el clan, la tribu, el pueblo y la nación, y que es de suponer que aun durante
mucho tiempo subsistirá.
La revolución no deberá operar violentamente
sobre la familia, excepto en aquellas familias mal avenidas, en las que
reconocerá y apoyará el derecho a la disgregación.
Como la primera medida de la revolución
Libertaria consiste en asegurar la independencia económica de los seres, sin
distinción de sexos, la interdependencia creada por razones de inferioridad
económica, en el régimen capitalista, entre el hombre y la mujer, desaparecerá
con él. Se entiende, por lo tanto, que los dos sexos serán iguales tanto en
derechos como en deberes.
El Comunismo Libertario proclama el amor
libre, sin más regulación que la voluntad del hombre y de la mujer,
garantizando a los hijos la salvaguarda de la colectividad y salvando a esta de
las aberraciones humanas por la aplicación de los principios
biológicos-eugénicos.
Así mismo, por medio de una buena
educación sexual, empezada en la escuela, tenderá a la selección de la especie,
de acuerdo con las finalidades de la eugenesia, de de manera que las parejas
humanas procrearán conscientemente, pensando en producir hijos sanos y
hermosos.
Tod@s contra el fascismo. |
La cuestión religiosa. La
religión, una cuestión puramente subjetiva del ser humano, será reconocida en
cuanto permanezca al sagrario de la conciencia individual, pero en ningún caso
podrá ser considerada como forma de ostentación pública ni de coacción moral ni
intelectual.
Los individuos serán libres para concebir
cuantas ideas morales tengan por conveniente, desapareciendo todos los ritos.
De la Pedagogía, del Arte, de la Ciencia,
de la libre Experimentación.
El problema de la enseñanza habrá que abordarlos con procedimientos
radicales. En primer lugar el analfabetismo deberá ser combatido enérgica y
sistemáticamente. Se restituirá la cultura a los que fueron desposeídos de
ella, como un deber de reparadora justicia social que la revolución debe
acometer, considerando que, así como el capitalismo ha sido el acaparador y
detentador de la riqueza social, las ciudades han sido las detentadoras y
acaparadoras de la cultura y de la instrucción.
Restituir la riqueza material y la cultura
son los objetivos básicos de nuestra revolución. ¿Cómo? Expropiando al
capitalismo en lo material, repartiendo la cultura a los carentes en lo moral.
Estas han sido y siguen siendo nuestras armas. |
Nuestra labor pedagógica deberá
dividirse, por lo tanto, en dos tiempos. Tenemos una obra ideológica a realizar
inmediatamente después de la revolución social, y una obra general humana
dentro ya de la nueva sociedad. Lo inmediato será organizar entre la población
analfabeta, una cultura elemental,
consistente, por ejemplo, en enseñar a leer, escribir, contabilidad,
fiscicultura, higiene, proceso histórico de la evolución y de la revolución,
teoría de la inexistencia de Dios, etc.
Esta obra pueden hacerla un gran número de jóvenes cultivados, los cuales la
llevarán a cabo, prestando con ello un
servicio voluntario a la cultura, durante uno o dos años, debidamente
controlados y orientados por la Federación Nacional de la Enseñanza, la cual,
inmediatamente después de proclamarse el Comunismo Libertario, se hará cargo de
todos los centros docentes, aquilatando el valor del profesorado profesional y
del voluntario. La Federación Nacional de l Enseñanza apartará de esta a los
que intelectual y sobre todo moralmente sean incapaces de adaptarse a las
exigencias de una pedagogía libre. Lo mismo que para elcción del profesorado de
primera que de segunda enseñanza se atenderá únicamente a la capacidad
demostrada en ejercicios prácticos.
La enseñanza como misión pedagógica
dispuesta a educar a una Humanidad nueva, será libre, científica e igual para
los dos sexos dotada de todos los elementos para ejercitarse en no importa que
ramo de la actividad productora y del saber humano. A la higiene y la
puericultura se le acordará un lugar preferente, educando a la mujer para ser
madre desde la escuela.
Así mismo se le dedicará especial atención
a la educación exual, base de la superación de la especie.
Estimamos como función primordial de la pedagogía la de ayudar a la formación
de hombres con criterio propio –y conste que al hablar de hombres lo hacemos
con un sentido genérico-, para lo cual será preciso que el maestro cultive
todas las cualidades del niño, con el fin de que este logre el desarrollo
completo de todas sus posibilidades.
Dentro del sistema pedagógico que pondrá
en práctica el Comunismo Libertario quedará definitivamente excluido el sistema
de sanciones y recompensas, ya que en estos dos principios radica el fenómeno
de todas las desigualdades.
El cine, la radio, las misiones
pedagógicas –libros, dibujos, proyecciones- serán excelentes y eficaces
auxiliares para una rápida transformación intelectual y moral de las
generaciones presentes y para desarrollar la personalidad de los niños y
adolescentes que nazcan y se desarrollen en la sociedad Comunista Libertaria.
A parte el aspecto simplemente educativo,
en los primeros días de la sociedad Comunista Libertaria asegurará a todos los
hombres, a lo largo de su existencia, el acceso y el derecho a la ciencia, al
arte, a la investigación de todo orden compatible con las actividades
productoras de lo indispensable, cuyo ejercicio garantizará el equilibrio y la
salud a la naturaleza humana.
Porque los productores en la sociedad
comunista libertaria, no se dividirán en
manuales e intelectuales, sino que
todos serán manuales e intelectuales a la vez. Y el acceso a la ciencia y a las
artes será libre, porque el tiempo que se empleará en ellas pertenecerá al individuo y no a la
comunidad, de la cual se emancipará el primero, si así lo quiere, una vez haya
concluido la jornada de trabajo, la misión del productor.
Una tribuna para la libertad. |
Hay necesidades de orden espiritual,
paralelas a las necesidades materiales, que se manifestarán con más fuerza en
una sociedad que haya satisfecho las primeras y que deje emancipado moralmente
al hombre.
Como la evolución de una línea continúa,
aunque algunas veces no sea recta, el individuo siempre tendrá aspiraciones,
ganas de gozar más, de separar a sus padres, de superar a sus semejantes, de
superarse a sí mismo.
Todas estas ansias de superación, de
creación –artística, científica, literaria-, de experimentación, una sociedad
basada en el libre examen y en la libertad de todas las manifestaciones de la
vida humana, no podrá ahogarla bajo ninguna conveniencia de orden material ni
general; no las hará fracasar como ahora sucede, si no que, por el contrario,
las alentará y las cultivará, pensando que no solo de pan vive el hombre, y que
desgraciada humanidad que de pan solo viviera.
No es lógico suponer que los hombres, en
nuestra nueva sociedad, carezcan del deseo de esparcimiento. Al efecto, en las
Comunas autónomas Libertarias se destinarán días de recreo general, que
señalarán las asambleas eligiendo y destinando fechas simbólicas de la Historia
y de la Naturaleza. Así mismo se dedicarán horas diarias a las exposiciones
teatrales, al cinema, a las conferencias culturales, que proporcionarán alegría
y diversión en común.
Defensa de la Revolución. Admitimos la necesidad de la defensa
de las conquistas realizadas por medio de la revolución, porque suponemos que
en España hay más posibilidades revolucionarias que en cualquiera de los países
que la circundan. Es de suponer que el
capitalismo de estos no se resigne a verse desposeído de los intereses que que
en el curso del tiempo haya adquirido en España.
Por lo tanto, mientras la Revolución Social no haya
triunfado internacionalmente, se adoptarán las medidas necesarias para defender
el nuevo régimen, ya sea contra el peligro de una invasión extranjera
capitalista, antes señalado, ya para evitar la contrarrevolución dentro del
país. Un ejército permanente constituye el mayor peligro para la revolución,
pues bajo su influencia se forjaría la dictadura que habría de darle el fatal
golpe de muerte.
En los momentos de lucha, cuando las
fuerzas del Estado en su totalidad, o parte, se unan al Pueblo, estas fuerzas
organizadas prestarán su concurso en las calles para vencer a la burguesía.
Dominada esta, habrá terminado su labor.
Lla justicia social nos hará más humanos. |
El pueblo armado será la garantía contra
todo intento de restauración del régimen destruido por esfuerzo del interior o
del exterior. Existen millares de trabajadores que han desfilado por los
cuarteles y conocen la técnica militar moderna.
Que cada Comuna tenga sur armamentos y sus
elementos de defensa, ya que hasta consolidar definitivamente la revolución
estos no serán destruidos para convertirlos en instrumentos de trabajo. Recomendamos
la necesidad de conservación de aviones, tanques, camiones blindados,
ametralladoras y camiones antiaéreos, pues es en el aire donde reside el
verdadero peligro de invasión extranjera.
Si llega ese momento, el pueblo se
movilizará rápidamente para hacer frente al enemigo, volviendo los productores
a los sitios de trabajo tan pronto hayan cumplido la misión defensiva. En esta
movilización general se comprenderá a
todas las persona de ambos sexos aptas
para la lucha y que se aprestan a ella desempeñando las múltiples funciones
defensivas necesarias para el combate.
Los cuadros de defensa confederal,
extendidos hasta los centros de producción, serán los auxiliares más valiosos
para consolidar las conquistas de la revolución y capacitar a los componentes
de ellos para las luchas que en defensa de la misma debamos sostener en grandes
planos.
Por tanto declaramos:
Primero. El desarme del capitalismo implica la entrega de las armas a las
Comunas, que quedarán encargadas de su conservación y que cuidarán, en el plano
nacional de organizar eficazmente los medios defensivos.
Segundo. En el marco internacional, debemos hacer intensa propaganda
entre el proletariado de todos los países para que estos eleven su
protesta enérgica, declarando
movimientos de carácter solidario frete a cualquier tipo de invasión frente a
cualquier intento de invasión por parte de sus respectivos Gobiernos. Al mismo
tiempo, nuestra Confederación Autónoma de Comunas Libertarias ayudará, moral y
materialmente, a todos los explotados del mundo, a liberarse para siempre de la
monstruosa tutela del capitalismo y del Estado.
Palabras finales. He aquí terminado nuestro trabajo, más antes de llegar al
punto final, estimamos que debemos insistir, en esta hora histórica, sobre el
hecho de no suponer que ese dictamen deba ser algo definitivo que sirva de
norma cerrada a las tareas constructivas del proletariado revolucionario.
La pretensión de esta ponencia es algo mucho más modesta. Se conforma con
que el congreso viera en el las líneas generales del plan inicial que el mundo
productor habrá de llevar a cabo, el punto de partida de la Humanidad hacia su
libertad integral.
Que todo el que se sienta con inteligencia, arrestos y capacidad mejore nuestra obra.
¡¡A nosotros no nos da miedo las ruinas porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones!!
Buenaventura Durruti |
No hay comentarios:
Publicar un comentario