CANSADAS DE TANTAS MENTIRAS DECIMOS:
JAKE AL REY
¿Estamos
viviendo un cuento?... ¿Todas las mascarillas son eficaces para evitar
contagios?... ¿Había y continúa habiendo motivos para declarar pandemia?...
¿Qué hay de verdad, o no, en las declaraciones de los científicos, médicos,
abogados, jueces, etc., etc. a las que llaman negacionistas, por posicionarse
en contra del régimen establecido?... ¿Qué intereses esconde toda esta
incertidumbre, cada vez más acentuada, que va en aumento desde que se declaró
la pandemia?...
¿De donde ha salido la infección y por qué el aire se ha ido volviendo más y más irrespirable y pesado desde que empezó todo esto? Y una pregunta más: ¿Qué de cierto hay en las declaraciones
de la ex directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, "los ancianos viven demasiado y es un riesgo para la economía mundial “Tenemos que hacer algo y Ya”?Una vecina
decía hace unos días: ”¡¡Estos
cielos, yo nunca los había visto antes aquí en La Isleta!!” Canarias.
Tanto en la primera ola de la crisis como en el momento actual, el mayor porcentaje de defunciones se encuentra entre los más mayores que ayudados por dirigentes políticos como los de la Comunidad de Madrid, perdieron la vida sin que se les prestara la más mínima atención mínima y abandonados por completo.
De vez en cuando nos dan la
noticia de algún famoso que se ha contagiado, como es el caso del expresidente
de los EEUU., o el hijo de La Gran Bretaña, Boris Yeltsin, que son mayores de
más de setenta años, pero que a los tres días salen de los centros de salud
como si nada les hubiera pasado. Sucesos que, como poco, nos deberían parecer
sospechosos.
Como ya vaticinaron los políticos, las televisiones, medios de prensa, y todo el coro dirigente y autoproclamados popes, el coronavirus ha vuelto, y según las informaciones,
con más dureza que en la primera parte. El virus, que debe tener mucho respeto a los meses de vacaciones nos ha otorgado un tiempo muerto los meses de julio y agosto (aunque sin que nos hayamos podido relajar ni un solo minuto, acatando las indicaciones de las autoridades sanitario-policiales bajo sanción por incumplimiento al mismo tiempo que se nos bombardea a través de las redes sociales, en las que se nos asegura lo
contrario de lo que nos dicen los científicos del régimen) y en septiembre, y a pesar de que los ciudadanos y ciudadanas hemos cumplido los dictados impuestos por las autoridades gobierno-sanitarias, el coronavirus ha vuelto, “ha vuelto y con mucha más fuerza”, o eso es lo que nos dicen mientras crean, una tras otra, alarmas que llevan al cierre de pueblos y ciudades, comunidades. Y un rio revuelto que aprovechan los de siempre, para acallar las voces de las que, luchan contra la situación de pobreza que afecta ya a casi la mitad de la población más desfavorecida. Y mientras unas ayudas
desaparecen, otras no llegan, y los saqueadores de la economía viven a caballo de los paraísos fiscales y naturales.
Aquello de
los aplausos de los meses de abril, mayo y junio, ya se ha olvidado, y el virus,
más fuerte que nunca, sigue matando gente, sobre todo mayores y en residencias.
Dicen,
también, que muchos hospitales están al completo y que se ha vuelto a repetir
la misma situación, o peor, que en la primera parte de la pandemia. Los
sanitarios (doctores, enfermeras y demás personal, cansados de jornadas y
situaciones que se tenían que haber previsto, se tienen que echar a las calles
para protestar por la situación, situación que, en parte, se debía (por que se
podía) haber evitado si los gobernantes hubieran hecho su trabajo, como lo han
hecho todos los trabajadores, en especial los trabajadores y trabajadoras de la
sanidad pública, y en lugar de haber se ido de vacaciones, haber hecho las previsiones necesarias ya que
sabían que lo que iba a pasar. Pero la memoria es débil y con mucha facilidad
nos olvidamos de lo que pasó ayer, ayer cuando aplaudían no se acordaban de que
siempre habían dejado solas a las de la sanidad cuando reclamaban derechos,
derechos como, mejores servicios y de calidad y mas personal para una buena
atención medica a todos los pacientes, a todos los ciudadanos. Reivindicaciones
que, si los políticos hubieran hecho su trabajo, no serían necesarias y nos
habíamos ahorrado más del 90% de los problemas, se habrían evitado muchas muertes
y el impacto en la economía, que tanto interesa a patronos y banqueros, hubiera
sido menos duro.
Con una
economía debilitada por tanto robo solo hay recursos para los que más tienen, y
mientras, ahogan los gritos de angustia, de hambre, y de dolor, del hombre, con
cuentos.
En resumen. Mientras que los trabajadores y trabajadoras nos partimos el lomo
trabajando para mejorar las condiciones sociales, como en el caso que nos afecta, poniendo en peligro nuestra salud como lo han hecho y lo hacen los y las trabajadoras de la sanidad, los políticos se pierden en una partida interminable en el tiempo y el espacio, porque ninguno se atreve a rechistar a los poderes que los mantienen en las poltronas, o dar jaque al Rey
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