lunes, 10 de octubre de 2022

Las zapatillas solidarias.

 

 

Las zapatillas solidarias.


La solidaridad es un acto que no abunda mucho en estos tiempos; pensar en los demás cuando las dificultades nos asedian, es muy difícil y no digamos de pasar del pensamiento al hecho. Y mientras las y los que pueden cierran el puño, las que a penas podemos llegar a fin de mes nos vemos obligados a calcular sobre las imposibilidades para hacer que lleguen las ayudas a aquellas que su situación pasa de cubrir lo mínimos a un estado de vida o muerte. 


En un mundo en guerras constantes, la migraciones son el menú de todos los días, pero como en todo lo que tocan los políticos, en el momento de emigrar también hay clases. El magreví que, primero, es estafado por el patrón de un barco, sobrecargado. que cruza el océano (con un pasaje que dobla su capacidad en volumen y peso), cobra los pasajes a más del triple de su valor y pone en riesgo las vidas de las y los pasajeros ocasionando la muerte a muchos de ellos. O de un Afgano que huye de la guerra y encuentra la muerte en medio del mar en un barco hundido por el exceso se carga, que salió de un puerto perseguido por la metralla de una guerra librada por los que se reparten el mundo; la miseria, el hambre… la huida provocada por las pésimas condiciones causadas por las multinacionales y los narcotraficantes que para apropiarse de territorios ricos en oro, diamantes y toda clase de minerales preciosos, utilizan y institucionalizan el pánico utilizando la persecución y el asesinato contra todo aquel que se niega a ceder las tierras con las que han vivido durante generaciones.

Huyendo del estado de terror creado miles de familias huyen en busca de un lugar en el que poder encontrar comida y un poco de sosiego, y en su huida se suman a riadas de cientos de miles de personas como ellos se dirigen hacia un destino para el que tendrán que cruzar mares, ríos caudalosos,montañas
y desiertos, las violaciones y la muerte serán sus compañeras del camino.
  

 Del Covi19 nos mostraron las músicas, los teatros y obras circenses, pero no nos dijeron nada del llanto, de las que sufren, de las que no tienen casa para confinarse; no nos hablaron de las que pasaron el confinamiento sin algo para comer. No me puedo imaginar que pudieran a penas tararear el resistiré. 

Nada se dice de la invasión Palestina o de Irak, libia y de las persecuciones de seres humanos (niñas y niños, mujeres y


hombres jóvenes, mayores y ancianas) que sufren toda clase de abusos: violaciones, torturas, secuestros, mienras la muerte está presenta en todo momento, actos para lo que cuentan con toda clase de mercenarios (ejércitos, policías, guardia nacional, guardia civil…

Y la solidaridad que no llega.